Mención • Categoría adultos
Vi que llevaba una corona de flores amarillas sobre la cabeza, un vestido fucsia, casi transparente, todo escotado y repleto de arandelas; pestañas azules, labios rojos escarchados, aretes de fantasía en forma de lagartija. Agitaba los hombros al ritmo delirante de los tambores. Se protegía del sol con una sombrilla arcoíris y de las miradas conocidas con una capa de base facial más gruesa que su voz. Me escondí en la pastelería Florida, detrás de una vitrina, y desde ahí me di cuenta de que nunca antes, en mis quince años de vida, había visto tan contento a mi papá.
Sonia Ramón, 41 años
Teusaquillo.