Mención • Categoría infantil
Me cuenta mi papá que cuando yo tenía dos años, pocos meses después de que mi abuelito Édgar falleciera, me habían comprado un bonito globo de helio. Era una tarde brillante en Bogotá, de las que más me gustan; esas que dejan ver el cielo azul, las montañas del oriente y el atardecer anaranjado en el occidente; estaba tan feliz, por la tarde y por mi globo verde, que en un descuido lo solté y se fue camino al cielo. Dice mi papá que, cuando esperaba que yo hiciera una pataleta, mi respuesta fue: «No importa, el abuelito me lo atrapa».
Santiago Muñoz, 10 años
Suba.